Las constituciones más contemporáneas declaran derechos individuales en un lenguaje bastante amplio y abstracto: "debido proceso", "igualdad ante la ley", "libertad de expresión". ¿Qué significa este lenguaje abstracto bajo las controversias políticas que dividen a la ciudadanía? ¿Cómo deberían decidir los jueces?Dworkin propone la lectura moral de la Constitución, bajo el entendimiento de que ésta invoca principios morales sobre libertad, igualdad y dignidad. Aun cuando muchos académicos pretenden que las cuestiones constitucionales nunca deben tratarse como cuestiones morales, en cada una de las discusiones abordadas en este libro -aborto, pornografía, eutanasia, homosexualidad, etc.-, Dworkin muestra que los jueces deciden casos difíciles respondiendo a cuestiones morales concretas. Esa es, según él, la única forma en la que pueden decidir tales casos.